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La memoria de Luis Mardones

Juan García Luján / Juan García Luján

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Durante la llamada Transición Democrática Luis Mardones ocupó varios cargos en el Gobierno del Estado, entre ellos el de gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife. Fueron años muy duros para los demócratas, las fuerzas de seguridad de Mardones detenían y torturaban a los nacionalistas por llevar una bandera canaria con siete estrellas verdes. Después se hundió el barco de la UCD y decidieron montar ATI, después las AIC y, por último, Coalición Canaria. Qué cosas, Luis, ahora los jóvenes de tu partido suben al escenario del mitin con una bandera de siete estrellas verdes y tú te tienes que reprimir las ganas de detenerlos y meterlos en un calabozo. Pero no debes sentirte solo. Cuando Paulino era alcalde de El Sauzal con las siglas de UCD no quería que actuara Taburiente en su municipio, le parecía un grupo muy politizado y la plaza se podía llenar de banderas de siete estrellas verdes. Ahora Paulino levanta con la mano izquierda esa bandera mientras que con la derecha firma el decreto que hace vicepresidente de su gobierno a José Manuel Soria, ese hombre que hace apenas un año vociferaba en la Fuente Luminosa “ahí están gritando unos que levantan la bandera de siete estrellas verdes, una bandera de una banda terrorista”.

Luis Mardones tiene en su casa dos premios con sabor militar: una placa de la Guardia Civil, que pone “a Don Luis Mardones con subordinación y afecto”, y un sable de Capitán General. Mardones guarda con cariño el sable que le entregó un ministro del gobierno de Zapatero, ese que maltrata y da “sablazos” a Canarias. El sable es un reconocimiento por sus ¡24 años! como miembro de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados. Pero Mardones le tiene más cariño a la placa porque es más antigua que el sable. La placa hay que limpiarla muy bien, no vaya a ser que quede algún rastro de sangre. Al fin y al cabo se la dieron los guardia civiles que el dirigía cuando era gobernador civil.

Recordemos a Javier Fernández Quesada. Era un joven estudiante grancanario de la Facultad de Biología. El 12 de diciembre de 1977 Javier estaba en una manifestación de estudiantes y trabajadores de la empresa Transportes de Tenerife, una empresa propiedad de Leoncio Oramas, un hombre vinculado a la UCD. La Guardia Civil disparó a los estudiantes que se manifestaban junto a los trabajadores. En ese mismo lugar estaba el estudiante de medicina Román Rodríguez, pero tuvo más suerte y no recibió ningún disparo de la Guardia Civil. Cuentan que Román fue uno de los que recogió a Javier mientras se desangraba.

Román Rodríguez siguió vivito y coleando y acabaría sentándose en el Congreso de los Diputados en el mismo grupo que Luis Mardones. La casualidad ha hecho que la otra diputada que se sienta junto a Mardones y Román se llame Ana Oramas, osea que tiene el mismo apellido que el dueño de la empresa cuyos trabajadores se manifestaban el día que mataron a Javier. Hace treinta años Román gritaba en las calles de La Laguna

“Luis Mardones represor” , hace unas semanas Luis Mardones llamó en Madrid “transfuga” a Román Rodríguez por haber abandonado su grupo, una vez más la venganza se sirvió en un plato frío.

Esta semana se votó en el Congreso de los Diputados la conocida como Ley de la Memoria Histórica. Se trata de una ley que ha rebajado bastante sus planteamientos iniciales debido a las presiones de la derecha nacionalista catalana. Aunque la Constitución española se aprobó en diciembre de 1978, la ley sólo reconoce como víctimas de la dictadura franquista a los sufrieron la represión o fueron asesinados hasta octubre de 1976. Javier Fernández Quesada fue asesinado en diciembre de ese año, por lo que a nivel institucional seguirá sin reconocerse este asesinato ni el daño que sufrió la familia de Javier. Luis Mardones no sancionó al guardia civil que mató a Javier.

Finalmente Ana Oramas votó a favor de esta ley. La diputada de Coalición Canaria recordó a varias personas durante su defensa de la Ley, pero olvidó (hablando de memoria) a Javier . El ayuntamiento que preside Ana Oramas y que Coalición Canaria gobierna hace varias legislaturas sigue sin dedicar una mísera placa a la memoria del estudiante grancanario que fue asesinado en ese muncipio. En el momento de la votación Luis Mardones salió del salón de plenos, según Ana Oramas no respaldó la Ley de la Memoria por “razones personales”. Quienes valoran el gesto de Mardones dicen que lo hizo para no apoyar una ley que le exime de responsabilidades en la muerte de Quesada. Otros mal pensados cuentan que Mardones salió del salón de plenos porque le tocaba limpiar la placa que le regaló la guardia civil.

Juan García Luján

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