Dos muertos sin importancia

Todas estas noticias eran ayer por la tarde mucho más importantes que la muerte de dos africanos en nuestras costas. La noticia de los muertos que llegaron de madrugada en un cayuco abrió la edición de los diarios digitales por la mañana, pero pasó a un quinto, sexto o décimo puesto unas horas después. La mayoría de los diarios de Madrid ni siquiera tenían la noticia en la portada desde el mediodía. ¿Qué importancia tiene la muerte de dos personas en nuestras costas? Más importante era para El Mundo y El País que Cecilia, la ex mujer de Sarkozy se va a casar con un publicista.El Abc tenía la información en portada, aunque en un pequeño sumario, para el rotativo monárquico eran más interesantes las declaraciones del peluquero de Rajoy. Público también recogía en la parte de abajo de la portada la noticia de los muertos en el cayuco, aunque le daba más importancia al inicio del plazo para llamar por teléfono para el concurso de Eurovisión.

Los candidatos electorales en Canarias y en Madrid seguían hablando de sus cosas.Está claro que en una campaña electoral sólo se ponen sobre la mesa los muertos causados por los atentados terroristas. Aunque los jóvenes que ayer murieron en nuestras costas podrían ser considerados muertos por el terrorismo. No lo digo yo, lo ha dicho muchas veces el sociólogo suizo Jean Ziegler, que es el relator de para ha recorrido el mundo analizando las causas del hambre y también una de sus consecuencias como es el fenómeno de la emigración africana. Sostiene el autor de libros como “El hambre en el mundo explicada a mi hijo” o “Los señores del crimen” que “el orden mundial no es sólo asesino, sino absurdo. Un niño que muere hoy en día de hambre muere asesinado. El hambre es una forma de terrorismo”.

Los dos africanos muertos ayer en nuestras costas han muerto como consecuencia de este orden internacional que provoca el terrorismo del hambre, que convierte al africano en el habitante pobre de un continente rico, el economista zaireño Mbuyi Kabunda lo ha escrito: “el africano es un hambriento que vive sobre una mina de oro” Los muertos de ayer huían de las patrulleras del Frontex, los muertos querían entrar en Europa sin pedir permiso porque saben que Europa tiene las puertas cerradas, se echaron al mar porque se les niega el derecho a pedir asilo. Los muertos de ayer no merecían estar más de 10 horas en las portadas de los diarios digitales, tampoco merecen ni un minuto de silencio en campaña electoral.

Ayer murieron dos personas en nuestras costas. En el mismo cayuco llegaron otros menores de edad que servirán para jugar al pim pom entre el gobierno canario y el gobierno español. Volverán a hacer un espectáculo con los supervivientes, volverán a producir horas de ruido para sacar partido del destino de esos chiquillos, mientras que por los dos muertos sin importancia no habrá minutos de ruido, ni segundos de silencio, solo habrá ignorancia, la ignorancia de los necios, la ignorancia de los defensores de un sistema injusto.

Juan García Luján