Las oleadas

Las oleadas del EGM son pertinaces, están sujetas a una breve periodicidad y obligan a las empresas y conglomerados mediáticos a un reiterado esfuerzo imaginativo y numérico para demostrar a sus lectores u oyentes que permanecen en la cresta de la ola (nunca mejor dicho) y en crecimiento constante. Si el oyente o el lector es tan fiel que únicamente está pendiente de una cabecera o de un dial, se sentirá seguramente orgulloso de haberse arrimado al líder de las ondas o al más poderoso de los diarios, pero, si hojeara la prensa en general y navegara libremente por el espacio radioeléctrico se quedará perplejo: todas las cadenas son líderes de audiencia y que todos los periódicos alardean de un alto incremento en el número de lectores, todos son los primeros, lo cual es imposible, incluso cuando se segmenta la clientela y o se aglutinan pérdidas puntuales para alcanzar ganancias globales. Trucos. Como el de fragmentar la tipología del usuario por edades y actividades u otras argucias paridas por los departamentos de márquetin de los gigantes multimediáticos (no sé si con pies de barro y silicona). Si los partidos se ven obligados a fantasear y mentir cuando las urnas los revuelcan, los medios, con revolcones o no, debieran ser más serios al informar sobre esas oleadas que les comento, porque, si nos mienten en eso, es bastante probable que estén dispuestos a mentirnos en casi todo lo demás.

José H. Chela