Espacio de opinión de Canarias Ahora
Paulino Rivero debe dimitir
La respuesta hasta ahora de Paulino Rivero es de un cinismo sin precedentes. Ha dicho que es una cuestión doméstica, el intento de colocar a su sobrina en la Policía Local de Arona. Una cuestión doméstica. ¿Qué significa eso de una cuestión doméstica? Que me lo explique el presidente de Canarias, que me lo explique menuo y bien picadito, porque no lo entiendo. Pero la cosa, quisicosa, sigue “in crescendo”, porque la vicepresidenta del Parlamento de Canarias y presidenta del Partido Popular (PP) de Tenerife, Cristina Tavío, recriminó a la Guardia Civil y al juez que lleva el caso Edén, Nelson Díaz, la investigación en Arona, afirmando en una conversación telefónica sentirse “indignada” por el registro policial del domicilio del edil del PP en Arona Félix Sierra. Es un auténtico escándalo. Pero ahí no queda la cosa, porque por su parte, el vicepresidente y consejero de Turismo del Cabildo de Tenerife, José Manuel Bermúdez (CC), preguntó en junio de 2008 al alcalde de Arona, José Alberto González Reverón (CC), por dos aspirantes a la Policía Local del municipio. Echale hilo a la cometa, y tiro porque me toca.
La Operación “Eden” no acaba sino empezar. Va a tener sus rulos y sus rizos, incluso cosmética de todo tipo. Pero reiteramos que en un país de la Europa civilizada, Suecia, Noruega, Inglaterra, Francia, Paulino Rivero ya estaría dedicándose a la actividad privada.
Es necesario una auténtica cosmética política, porque de lo contrario Canarias va a quedar al nivel de una república bananera.
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