El precio de una calidad asistencial

Por lo tanto, no creo que un paciente haya comido nunca en un hospital un solomillo fresco, ni nada parecido. Según publico un periódico local, si es verdad, es para poner el grito en el cielo, donde la reducción de 315,5 millones de euros prevista en los próximos Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma, pendiente de aprobación en diciembre, incluye un una disminución en la partida de suministros de más de 17 millones de euros. Esta cantidad incluye los gastos que repercuten directamente sobre la atención al paciente, como los alimentos, los productos farmacéuticos o los conciertos en programas especiales de hemodiálisis.

Del mismo modo, y según se desprende de la información de un periódico local, la partida correspondiente a 'productos alimenticios', el Hospital Universitario de Canarias (HUC) sufrirá una reducción que ascenderá a 551.058 euros, mientras que en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria el recorte será de casi de 700.000 euros, tal y como se recoge en el borrador de los Presupuestos. Sacrificio, sí. ¡Pero a que precio!.

También, y ante la famosa y vergonzosa lista de espera que vienen sufriendo todos los canarios hace mucho tiempo, muchas son las camas vacías que actualmente existen en el Hospital Nuestra Señora de Candelaria, con el objetivo de desviarlos a las clínicas privadas, que al parecer, dicen los entendidos de la materia, salen más baratas a la seguridad social.

Mientras tanto, el personal sanitario del citado hospital, celadores, enfermeras y auxiliares se ven impotentes al no poder ofrecer la calidad profesional que necesitan los pacientes y a la vez, realizar un doble esfuerzo en el trabajo coordinados por sus respectivas supervisoras/es. En definitiva, los perjudicados son los pacientes y trabajadores de los hospitales de Canarias.

Rafael Lutzardo