La primavera vasca

Los socialistas vascos han acabado con treinta años de gobiernos peneuvistas. Impregnando una auténtica regeneración democrática en Euskadi, tan necesaria en una tierra que es tan valiosa como irrespirable por los que excluyen e imponen la violencia.

Los ciudadanos han apostado en el Parlamento de Vitoria por los que han sufrido el terror y han convivido en perpetua vigilancia. Son tantos los que han quedado por el camino.

Han dado la mayoría a un gobierno no nacionalista, de espíritu democrático y ánimo no frentista. Se inicia una nueva etapa en el País Vasco de ilusión y progreso, gracias a la legitimidad que da saberse por el respaldo de las urnas. No el del miedo.

Una Euskadi en positivo, liderada por Patxi López, ha puesto de manifiesto que el PSOE es la formación política comprometida con la regeneración y el cambio tranquilo. Defendiendo la España plural, la autonomía y el valor de la confianza que la sociedad delega en sus instituciones. El espacio político de todos los vascos, no el de unos contra otros. Pasar de la Euskadi que reclama, a la Euskadi que contribuye.

El PP ha apoyado esta andadura. De lo contrario, hubiese dejado patente la incoherencia de su propio discurso. Aunque ciertamente, han pasado del feroz ataque a todo nacionalismo, sin distinción alguna, al canto de sirena a cualquiera de las formaciones nacionalistas presentes en el Congreso de los Diputados. Instigando un contexto de puro jaleo, donde las elecciones europeas son un mero trampolín para la política nacional. Nada de Europa. Todo vale para llegar a La Moncloa.

Mayor Oreja, candidato repetido y doblemente derrotado, no sólo perdió los comicios europeos de 2004, sino que protagonizó el frustrado intento del PP de sucesión en el País Vasco en 2001. No lo consiguió. El cambio real ha llegado ahora, desde unas siglas socialistas que se encuentran en plena forma.

El PNV de Ibarretxe ha dedicado todo su esfuerzo gestando entelequias mentales para la construcción de un país imaginario que no conducía a ninguna parte. En vez de gobernar el que tenían. Planes de la nada que han sido rechazados por los propios vascos. Agur Ibarretxe.

Los próximos años no serán nada fáciles. Ramón Jáuregui, que rezuma aplomo, elegancia y saber estar, ya ha advertido que este es un proyecto a largo plazo.

Muchos intereses interpuestos intentarán continuamente torpedear al nuevo gobierno socialista. Pero ya es un buen comienzo, constatar que los cambios en política son posibles y que están al alcance de la ciudadanía. Es el tiempo de la Política en mayúsculas.

Ya no queda hueco para los políticos enjaulados en sus excluyentes sueños soberanistas, dirigentes inoperantes que toman el gobierno como sostén de vida a repartir entre sus amigos y los que viajan por invitación privada en momentos en que el lucro del empresario se decide en la misma institución pública que preside, sin razón a interés público alguno. Todos ellos, con los que hasta ahora hemos tenido que convivir, con tu voto pueden ser desplazados.

En definitiva, se vislumbra un nuevo horizonte. La alternancia es necesaria y garantiza la higiene democrática. Es el momento de repensar Euskadi. Es el inicio de un País Vasco que sea lugar común de respeto y libertad.

*Secretario de Comunicación del PSC-PSOE

Rafael Álvarez Gil*