Espacio de opinión de Canarias Ahora
Soy un putero cobarde
No estoy muy seguro de que esa sesuda y profunda reflexión siga aún en la página Web de la cadena SER, dada su proverbial tendencia a suprimir lo “incómodo” o directamente falsario de su hemeroteca y de su fonoteca, algunas de cuyas más gloriosas e influyentes piezas, según ya nos informó en su día el Sr. Gabilondo, fueron creadas por alguna becaria que hacía allí sus prácticas siguiendo el manual de Lenin y su discípulo en la “agitpro” Joseph Goebbels. Por cierto, qué cruz soporta el paciente San José con tan ilustres tocayos y maestros en el uso de la lengua como son o han sido Stalin, Pepiño, Bono, Montilla y sobre todo, los cabezas de lista del retruécano: el genuino José Luis y el aragonés transmutado en el Josep Lluis catalán.
Como es inmoral ir contra los propios actos, salvo que alguien demuestre argumentalmente que estábamos en un error, en cuyo caso es de sabios rectificar, o si uno no es político profesional (para estos, decir Diego donde hace unos días decía digo, les va en el sueldo y en los genes), no me cabe más alternativa que aceptar los términos con que el sesudo intelectual y director de la cadena de radio de referencia de la progresía, Daniel Anido, califica a los que en algún momento hemos criticado la acción política o de gestión de alguna mujer pública, en el sentido de política, cosa que conviene precisar dadas las querencias del Sr. Anido.
No puedo, ni quiero, ocultar mis discrepancias con las actuaciones de la ministra Magdalena Álvarez en los asuntos relacionados con Air Madrid, Prat del Llobregat, seguridad aérea, etc., ni con la ex viceconsejera del Gobierno de Canarias Pilar Parejo en lo referente a la promoción turística sesgada, eliminación de la formación turística de calidad, Promotur, Hecansa, Saturno, Palacios de Congresos, Observatorio turístico, etc. Tampoco puedo ocultar mi estupor y desconcierto ante las actuaciones y declaraciones de Rita Martín y su equipo. Todo ello está, para bien o para mal, en las hemerotecas, fonotecas y videotecas.
Pero en ningún caso apelé a su condición de mujer, es más incluso protesté públicamente cuando se relacionaba la actuación de Parejo con su relación afectiva. Por supuesto que me parecieron inadecuadados los nombramientos realizados por Adán Martín entre su círculo familiar cercano, pero por una cuestión de nepotismo, no por tratarse de mujeres. En el mismo sentido muchos criticaron a José Manuel Soria por el nombramiento de su hermano como consejero. ¿O es que cuando se trata de una mujer, el color torna a rosa, según el parecer de Berlusconi?
Dado lo cerca que está Daniel Anido del académico Juan Luis Cebrián, podría pedirle que le asesorara un poco para ayudarle a comprender el sentido real y etimológico de los palabros que usa, que más parecen extraídos del Diccionario Secreto de Camilo José Cela. El director de la SER dice en la misma frase que somos “pajilleros y puteros”. Rechazo estos dos epítetos por tener la certeza de que, al menos en mi caso son excesivos e inmerecidos, dada mi tendencia natural a la moderación en los asuntos la entrepierna, lo cual no estoy muy seguro de que sea virtud o timidez preconciliar.
Recurriré a la 22ª edición del DRAE, la última en Internet, para intentar explicarlo. Para empezar no recoge el término “pajillero” sino tan sólo sus dos acepciones femeninas: 1. pajillera (de paja). 2. f. vulg. Prostituta que masturba a sus clientes. Supongo que Daniel Anido invierte los términos, cambiando prostituta por prostituto y el género del cliente para no darle un matiz homosexual o lésbico al trabajillo. No digo que cambia el sexo para no entrar en problemas adicionales con los transexuales.
Sigue diciendo que los que criticamos a algunas ministras somos “puteros”. Sigo con el DRAE: 1. adj. coloq. Dicho de un hombre: que mantiene relaciones sexuales con prostitutas. Hay una segunda acepción, usada en Costa Rica, que define el “putero” como el “prostíbulo”. Muchos definen así a los lugares donde se hace política, razones tendrán sus señorías.
No sé muy bien si al director de la SER lo traiciona el subconsciente cuando acaba el artículo con la “grasienta y babosa” frase: “A ellas, que sufren estos días el maltrato de quienes quieren robarnos el oficio: disculpas”. Conviene precisar que para actuar como pajillero o putero hacen falta, al menos, dos personas. Si “los unos” (no los Hunos de Atila, aunque casi) son periodistas que cita con nombres y apellidos, ¿quiénes son “las otras”, Sr. Director de la Cadena SER, la emisora del talante, tolerancia, progresismo y buen decir?
José Fco. Fernández Belda
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