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El nuevo REF: se pide todo y se aporta nada
Cuestiones previas
1) Nunca se debe ni se puede olvidar que el REF es el reconocimiento, desde la misma Conquista en el s. XV, del Hecho Diferencial Canario. Una realidad estructural atlántica, extrovertida y, hasta ahora, dependiente. Un REF que ha venido evolucionando, intentando adaptarse a los cambios que ha traído la Historia. Desde el tratamiento de la fiscalidad indirecta y las libertades comerciales iniciales, hasta ya en el último cuarto del s. XX, la compensación del coste de la insularidad y los estímulos a la inversión empresarial. El ensamblaje de todos estos aspectos cristalizó, ya en el tardofranquismo, en un único instrumento legal: el REF de 1972.
Las posteriores actualizaciones (1991 y 1994) ya supusieron una ruptura arbitraria y nunca bien resuelta entre los aspectos Económicos y Fiscales. Esta separación se mantiene. El primero de Enero recién pasado entró en vigor la parte Fiscal y, en estos días, el Parlamento de Canarias tiene previsto aprobar una Propuesta de modificación de la parte Económica.
Vaya por delante que esta ruptura de la unidad del REF, aceptada en su día por la Comunidad Autónoma y que favorece descaradamente a los intereses patronales, debe restañarse cuanto antes. En mi opinión, la propuesta a presentar debería incorporar algunas modificaciones sustanciales, como se indicará más adelante.
2) Complementando lo anterior hay que subrayar que el REF, y sus actualizaciones, debe versar exclusivamente sobre el trato específico al Hecho Diferencial Canario. Si nos centramos ahora en sus aspectos Económicos, los hasta ahora consagrados se refieren sobre todo a los tres asuntos que han sido relevantes en el último medio siglo: a) las dificultades de accesibilidad y los costes del transporte específicos del Archipiélago, b) los desorbitados costos energéticos en la etapa de los combustibles fósiles y c) los costes específicos de la desalación de agua de mar debido a la escasa dotación hidráulica de las islas. Y es sobre estos tres aspectos fundamentales, al margen de la irrupción de cualquier reto nuevo, que ha de centrarse cualquier actualización. De modo y manera que tratar de convertir el REF en una especie de Plan de Desarrollo Septenal (de acuerdo con la periodificación europea) es inadecuado. Y me atrevería a añadir que muy irresponsable. Porque se trataría de meter de contrabando, y bajo el venerable paraguas del REF, toda una serie de demandas que no responden a la especificidad del Hecho Diferencial Canario. Y que, por el contrario, son equivalentes si no iguales a las que puedan demandar el resto de Comunidades Autónomas. Porque el peligro reside en que, como consecuencia de acumular aquí todas las demandas, se desnaturalice y banalice la esencia del REF. Y que nos echen en cara que lo que estamos demandando en exclusiva (un Plan de financiación aparte para Canarias) no es otra cosa que un trato privilegiado. Y, como es lógico y razonable, acarrearía una oposición frontal del resto y lo dejaría sin ninguna posibilidad de prosperar. Por tanto, hay que insistir que lo que se plantea es un trato distinto a una realidad estructural objetivamente diferente. Nada más. Pero nada menos.
3) La lógica, pero sobre todo la experiencia, nos demuestran que la forma de definir las compensaciones que los continentales deben hacer a los isleños, no puede ser mediante la presentación ampulosa de una serie de generalidades. Que están muy bien para contentar a todo el mundo e incorporar todas las peticiones que puedan presentarse, sabiendo perfectamente y de antemano que no comprometen a nada. Y eso, además de ineficaz, constituye una provocación innecesaria. Por eso, las propuestas tienen que ser claras y concretas, única forma que los compromisos entre las partes funciones y se respeten.
4) Se demanda un volumen enorme e indeterminado de financiación, pero existe una importante ausencia de estrategia inversora y hasta de gasto. Lo que oculta un hecho relevante y es que no hay ninguna propuesta canaria. Se pide todo para seguir en el mismo trantran y en la misma inercia. No hay ofertas estratégicas, ni siquiera de inversión a largo plazo. No hay compromisos de crear empleo. En otras palabras. Se pide todo y se aporta nada.
Generalidades del documento
Y es que, repetimos, se pide de todo. Lo específico de compensación del coste de la insularidad (REF) y, además, otras muchísimas cosas que no tienen soporte en nuestro REF. Pongamos algunos ejemplos que nos parecen necesarios (pidiendo, eso sí, un esfuerzo adicional al lector si ha llegado hasta aquí). 1) “se garantiza una presión fiscal estatal menor” (artic.3.3). Esto incluye también la fiscalidad directa ¿se pretende dar cancha a una posible bajada del IRPF, el único impuesto directo y progresivo que hay? 2) “garantizar… la competitividad de todos los sectores económicos” (artic. 3bis 2.). Esto es un monumental despropósito. El disparar con pólvora del rey no solo no es serio, sino que descalifica a quienquiera que lo pida. 3) “quedarán exentos en la tributación… las instalaciones de generación eléctrica ubicadas en Canarias”. (artic. 11.3). Se quiere eximir a todas las instalaciones, también a las que queman combustibles fósiles, lo que supone un aliciente para que se mantengan. 4) “El Estado financiará un Plan de inversiones públicas en infraestructuras en las áreas turísticas” (artic. 19.5). ¿Pero es que la dirigencia turística, además de disfrutar de todos los récords de beneficios, pretende que se las paguemos? ¿Por qué a Canarias y no a Andalucía o Cataluña? 5) En relación a los incentivos a la inversión ya previstos “el importe de la línea de préstamo ascenderá cada año como mínimo al 1% del PIB canario” (artic. 22.2) ¡Y no hay ninguna condición que obligue a nada a cualquier beneficiario, ni siquiera la de crear empleo! 6) Último y para no cansar: “Los recursos del REF son complementarios y adicionales a los contemplados… en cada momento para la financiación de la C.A. de Canarias y sus entidades locales” (artic. 3.5). Sin comentarios.
Como se podrá observar, el sumatorio de peticiones excede la capacidad de imaginación de cualquier misiva a los tres magníficos. Y es que queriendo conseguirlo todo, dentro del continente del REF, se corre el peligro cierto de no solo no conseguir lo pedido, sino de herir de muerte al propio continente REF.
La avaricia rompe el saco.
Aspectos positivos
Por contra de esta desmesura, y cuando el documento se refiere a los temas específicos de la compensación del coste de la insularidad, se hacen propuestas muy positivas. Por ejemplo a) “Canarias constituye un modelo portuario y aeroportuario específico… hay que garantizar la participación de la Comunidad Autónoma en la planificación y gestión de ese modelo” (artic. 5.7); b) “Se reconoce al transporte público regular de personas el carácter de servicio público esencial” (artic. 6.1); c) La referencia al autoconsumo energético donde “se establecerá un marco regulador específico… con la eliminación de cualquier tipo de peaje por la energía autoproducida y autoconsumida, así como la modalidad del balance neto” (artic. 13.bis); d) “la aplicación de la quinta libertad” (artic. 5.2) ….
- El proceso de privatización de AENA no merece ninguna toma de posición en el documento, por inaudito que parezca. Porque esa decisión es contraria a lo establecido en el Estatuto de Autonomía (artic. 46.1) y en el REF (Ley 19/94 artic. 2.2). En ellos se declara que Canarias “goza de un REF basado en la no aplicación de monopolios…excepto en aquellas materias que tengan la consideración de servicios esenciales reservados por ley al sector público”.
En otras palabras que si AENA es pública (como hasta ahora) no había contradicción, pero sí que su privatización de ahora es incompatible con nuestro Fuero.
Por eso, creo que lo adecuado es solicitar la transferencia de la Aena “canaria”, manteniendo por supuesto su carácter de servicio público. Porque el carácter superestratégico del transporte aéreo exige en Canarias una gestión global y compensada, para garantizar la defensa de los intereses generales de la sociedad canaria, en especial la de los habitantes de las islas periféricas.
Cambios estructurales
Hay que recordar que el Hecho Diferencial Canario no es inmutable. Y que ha venido evolucionando, a lo largo del tiempo, en función de las alteraciones de esa realidad. Por eso hay que estar muy atentos, en cada momento, para ofrecer las respuestas adecuadas a esos cambios. En mi opinión hoy se puede hablar de hasta tres temas.
1) Compensación del coste energético. Como se sabe, desde 1972 el Estado compensa los sobrecostos de la generación eléctrica en el archipiélago. En la actualidad, alrededor de 1.000 millones de euros anuales para subvencionar la importación de combustibles fósiles. Pero en el mundo de la producción energética ha ocurrido una auténtica mutación en las últimas cuatro décadas y, a diferencia de 1972, hoy Canarias cuenta con una dotación fastuosa de energías limpias y renovables. Y resulta la mayor de las contradicciones y despilfarros que los ciudadanos peninsulares nos sigan ayudando a pagar la importación de una energía, a todas luces mucho peor que la que, al tiempo, estamos desaprovechando y además es nuestra.
Por eso, lo razonable, lo económico, lo sostenible, lo emancipador es explotar nuestros propios recursos naturales, actualmente bloqueados por intereses no canarios. La propuesta que se hace es que los peninsulares, en vez de pagar por la importación de crudos, nos ayuden a introducir el nuevo modelo que nos permita ir caminando hacia la soberanía energética en un plazo que podemos cifrar en 12 ó 15 años. Y, al final de ese plazo, los peninsulares se liberarían de tener que ayudarnos a pagar porque ya no tendríamos necesidad de importar nada.
La potabilización de agua de mar viene resuelta en el mismo proceso.
Se quiere subrayar que esta propuesta es de gran calado, que contiene efectos multiplicadores insospechados y puede convertirse en el elemento central para alcanzar una estrategia global sostenible en Canarias.
2) Otra profunda modificación observable en las últimas décadas es la permanencia del estremecedor problema del paro, en todas sus dimensiones y características. A lo largo de todo este tiempo el paro nunca bajó del 9% de la población activa, ni siquiera en aquellos años en que Canarias encabezaba el crecimiento económico en toda España. Por eso podemos afirmar que estamos ante un hecho estructural, de los que definen lo que venimos llamando el Hecho Diferencial Canario.
Por eso mismo, necesita una compensación estructural, tal como existe en Andalucía, aquejada por una lacra cuantitativamente igual. La existencia y mantenimiento allí del Plan de Empleo Rural (PER, ahora con otro nombre) expresa la solidez estructural del problema. Tendría que crearse un Plan similar para Canarias. Y como nuestro paro, a diferencia del andaluz es fundamentalmente urbano, los recursos deberían dirigirse a fortalecer y ampliar el empleo en los servicios sociales isleños.
3) Canarias se ha convertido en Frontera Sensible ante el Continente Empobrecido. Y somos testigos de excepción de la creciente desigualdad entre el mundo rico y el pobre. Desigualdad que sabemos se mide por el tráfico de cayucos y pateras que, aunque haya disminuido en los últimos tiempos, sus causas siguen tan poderosas e inabarcables como siempre.
Por eso, la única política razonable, además de solidaria, es aquella dirigida a disminuir y, en el límite, hacer desaparecer esas desigualdades. Y la mejor forma de trabajar en esa dirección no es la de declararnos Plataformas Logística y hacer lo imposible par que se localicen en Canarias las trasnacionales que quieren seguir explotando los recursos del continente negro. Muchos pensamos que la forma más adecuada es aquella que deriva del hecho objetivo de nuestra vecindad. Para que nuestras relaciones de todo tipo las establezcamos mirando a nuestros vecinos de frente. Y no de reojo, o tapándonos la vista, mientras miramos a la City y a Wall Street.
Por eso, en vez de transformar la Casa de África en una sucursal de la Cámara de Comercio, deberíamos por ejemplo destinar una parte del coste fiscal de la RIC (¿por ejemplo un tercio?) para organizar un Fondo con recursos públicos destinado al codesarrollo con nuestros vecinos. Básicamente y como mínimo en tres campos de actuación donde los canarios somos una potencia: energías limpias y renovables, potabilización de agua de mar y agricultura dirigida a la alimentación de sus poblaciones.
Resumiendo. En los aspectos económicos del REF, a los que se refiere la propuesta que venimos comentando, deberíamos ceñirnos escrupulosamente a pedir la compensación de aquellos costes ligados al Hecho Diferencial Canario, descartando de plano entrar en la compensación de todo lo que nos pida todo el mundo. Es verdad que eso facilita el consenso. Pero es un consenso tramposo (se sabe que es imposible de lograr) y peligroso (se juega con el prestigio y el respeto que ha conseguido el REF a lo largo de nuestra historia).
De otra parte, deberíamos afrontar el responder a las nuevas situaciones que se nos vayan presentando, como en su día lo hicieron los que vinieron antes que nosotros.
Por último la separación, injustificada y perjudicial, de los aspectos Económicos y Fiscales del REF debería de superarse. Y, atendiendo a la gravísima situación de paro estructural, condicionar la totalidad de los estímulos de la inversión empresarial, a la obligatoriedad de crear empleo neto decente.
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