¿Sobran funcionarios? por

Todos hemos sido alguna vez víctimas del laberinto de la burocracia. Vas a hacer una obra en tu casa y tienes ique pedir un permiso en el ayutanmiento que, en algunos casos, mandará el papelito al cabildo para que estudie la parte que le afecta, en la corporación insular el responsable descubre que no puede hacer nada sin otro papel diferente una consejería del gobierno canario, en la ventanillla de un edificio de usos múltiples te vuelven a mandar al ayuntamiento y, cuando entras por allí te echan en cara que no hayas pasado por primero por un departamento dle ayuntamiento que es fundamental para ese permiso que pediste para reformar una casa cueva que tienes en un maravilloso espacio protegido que tiene un barranco lleno de basura.

Nuestra relación con los servicios públicos nos lleva a pensar que sobran burócratas. Si hay que reformar una casa es absurdo que haya que tocar 5 ó 6 ventanillas de 3 administraciones diferentes. Si tenemos a un familiar dependiente nos meterán en un laberinto de papeles antes de recibir el apoyo de la administración. A veces de la impresión de que las instituciones están en otro siglo, donde no existe la informática, donde siguen pidiendo fotocopias, en lugar de correos electrónicos que pueden recorrer miles de kilómetros en 5 segundos siguen existiendo papeles con sellos que se mueven sobre el lomo de un burro y tardan 5 meses en llegar de un ayuntamiento al cabildo.

Sí, hay razones para reformar el funcionamiento de la administración, hay razones para pensar que algunos burócratas entorpecen (y muchas leyes que hacen nuestros parlamentarios) entorpecen la creación de una empresa, el apoyo a un anciano o la beca a un estudiante necesitado. Pero los que llevan meses en lista de espera saben que falta personal sanitario, los alumnos que pasan un mes sin el profesor que le corresponde sabe que faltan docentes.

Los primeros que se tienen que mentalizar de que el personal público vale son los políticos profesionales. En el actual gobierno la reforma de la administración estará liderada por dos profesionales de la política: Paulino Rivero y Francisco Hernández Spínola. Los dos llevan décadas con un sueldo público, conocen como funciona por dentro las distintas administraciones. Los dos tienen responsabilidades importantes en dos partidos que, igual que el PP o Nueva Canarias, cuando gobiernan recurren a personal de confianza para realizar trabajos que podría realizar el personal público. Lo que resulta increíble es que después de tantos años no conozcan a valiosos profesionales de la administración canaria que podrían realizar ese trabajo, y recurren a una empresa privada externa para realizar ese trabajo.