Sodoma y Gomorra de la política e información

Si los hechos fuesen un caso aislado, se podrían extirpar tamaños disparates y enfermizas conductas, sacando de la circulación a tanto enfermo que deambula por nuestras ciudades, presos de sus obsesiones y complejos, por ser un riesgo cierto, para la infancia y adolescencia de nuestro país, aplicando medidas cautelares, para éstos sujetos.

Chirría en demasía que políticos en ejercicio, como es el caso de la marquesa Gil de Biedma, conocida en los corrillos políticos con el sobrenombre de la “sibilina Espe” justifique al impresentable, alegando que era una conversación “privada”. No es de extrañar. Dª. Esperanza emulando a Lucrecia de Borgia, envenena y “mata” políticamente hablando a amigos y enemigos, sin que su peculiar sonrisa se altere, y que la desordenada actitud de éste impresentable, por el simple hecho de sentarse en el plató de su personal televisión, no censure ni admita tamaño despropósito.

¿Qué le está pasando a la sociedad española? Los valores éticos y morales están en desuso, la procacidad y la ordinariez es moneda de curso legal. Quienes “tradicionalmente” daban ejemplo, como pudieran ser los regidores de la iglesia católica, hoy ponen al descubierto sus enfermizos comportamientos, haciendo palpable la realidad, de la sordidez de seminarios y conventos. Por eso no es de extrañar que un párroco se sorprenda por haber descubierto la policía una videoteca, entre las cuatro paredes de su iglesia, con todo tipo de abusos a menores, pura pornografía infantil, que el “salido” visionaba, para descargar su “adrenalina”.

La cruda realidad, nos pone de manifiesto que estamos rodeados de una clase social enfermiza, que nos lleva a pensar que otra Sodoma está presente entre nosotros; sin que nuestros políticos sean capaces de legislar para erradicar el mal desde su raíz, y pierdan su tiempo y nuestro dinero en tirarse sus interesados “tiestos” a la cabeza, en una alocada lucha por el puñetero sillón de la Moncloa.

Antonio Ortega Santana