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El terremoto chileno
Esa mujer que llora ante las cámaras y cuenta que “Se perdió todo lo material, pero gracias a dios estamos vivos, la vida no se perdió, y aquí están las manos para seguir trabajando?”. Esa mujer puede ser una mapuche. Los mapuches resistieron a la conquista española y después a cinco siglos de marginación. Cuenta Neruda que los castellanos buscaban el oro que no tenían aquellos indios, que sí mostraron la riqueza de su amor a la tierra que pisaban. Quizá sea ésta la mejor metáfora de Chile, un pueblo que sabe caminar siempre, aunque le pongan una bota encima. La bota puede ser la de un milico que amenaza con la munición que un dictadorzuelo compró al gringo, o la bota puede ser la madre naturaleza que el 27 de febrero dejó de ser madre y se convirtió en una cabrona con forma de terremoto, y tiró abajo cientos de miles de viviendas, y convirtió en escombros residencias y hospitales.
Miro en el mapa las zonas más afectadas, al sur de Santiago y busco Parral el pueblo de Pablo Neruda, cercano a la zona del movimiento sísmico. Me pregunto si el movimiento sísmico convirtió en escombros la iglesia de San José de Parral, donde José del Carmen Reyes y Rosa Neftalí bautizaron a su hijo aquel 26 septiembre de 1904, Neftalí Reyes, un bebé de dos meses que sería conocido universalmente con el nombre de Pablo Neruda. También al sur de la capital chilena aparece Puerto Montt y viene la música de Víctor Jara (murió sin saber por qué le acribillaban el pecho, luchando por el derecho de un suelo para vivir?).
Cuenta la televisión chilena que un científico de la Nasa declaró que el terremoto de 8.8 grados del pasado 27 de febrero en Chile modificó el eje de la tierra en 8 centímetros, que después del movimiento sísmico cambió la distribución de la masa de la tierra. La isla Santa María se elevó 2 metros de su nivel. Vemos que lo que pasa en Chile afecta al mundo, aunque algunos sólo están pendientes de la apertura de las minas de cobre, que dispara su cotización en la bolsa de Londres. (“Mi canto es de los andamios/ Para alcanzar las estrellas”V. Jara).
El séptimo terremoto más grande de toda la historia nos hace mirar a Chile unos días antes de la llegada de Piñera al Palacio de la Moneda. Es como una rebelión de la naturaleza que pregunta a los chilenos: ¿ustedes están locos?¿no saben que este tipo representa el espíritu de Pinochet?¿no lo ven pidiendo mano dura del ejército contra los que buscan comida en los supermercados?
Parece como si Víctor Jara volviera a recuperar sus manos y comenzará a agitar la tierra desde el Estadio Nacional de Santiago. O quizá Pablo Neruda matara la tristeza que le paró el corazón aquel septiembre de 1973 y se levantara de la cama de Isla Negra, y comenzara a gritar desde la ventana. Chile, Chile, Chile...y toda la tierra se removiera del miedo que da ver a un heredero espiritual de Pinochet entrando en el Palacio de la Moneda.
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Juan GarcÃa Luján
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