Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Vaciedad democrática?
La disconformidad colectiva tiene en el voto protesta una de sus manifestaciones. El sufragio protesta constituye un voto plenamente válido, emitido por un ciudadano que no sólo cumple con su deber de concurrir a los comicios sino que lo utiliza para señalar su disconformidad con el funcionamiento del sistema o su falta de confiabilidad respecto de los candidatos. Al igual que la abstención crítica. Por cierto, en las islas determinados sectores achacan el mayor nivel de abstención tradicional que en el conjunto del Estado a un sentimiento latente independentista, lo que les llevaría a hacerse con la titularidad de un porcentaje de al menos 5% al 10% de la abstención total de cada elección; pero estas interpretaciones son del todo subjetivas; lo único cierto es que la abstención es una crítica pasiva o activa antisistema, y eso es lo que realmente debería preocuparnos? Los griegos nos dijeron dicho hace ya milenios que la democracia era el menos malo de todos los sistemas políticos conocidos. Y eso no debería nunca olvidarse. Que el porcentaje apuntado de voto de protesta haya llegado al nivel que haya llegado en medio de la actual crisis debería ser cuando menos motivo de preocupación y de toma de medidas efectivas? No es el populismo una alternativa siquiera a tener en cuenta, pero el caldo de cultivo que lo forja ya ha hecho acto de presencia en nuestra sociedad. De momento extrañamente pasiva en cuanto a la respuesta colectiva a la actual crisis? Pero ya se sabe, después de la calma siempre viene la tempestad. Y puede que estemos en medio de una calma engañosa, en medio de la calma del ojo del huracán?
¿Por qué no se quedan proporcionalmente vacíos los asientos de las corporaciones electas? No sólo se reducirían los costes en medio de la actual crisis, sino que además se sería mucho más fiel a la voluntad popular, a la voluntad del pueblo soberano.
Pero los obstáculos para lograrlos parecen insalvables? Lo son ya actualmente para la reforma del sistema electoral canario, a todas luces lastrado con un serio déficit democrático. El problema está en que, legal y constitucionalmente, ni la abstención ni el voto en blanco son eficaces, al menos a corto plazo, para cambiar la forma de hacer política ni, por supuesto, las estructuras socio-políticas dominantes. Presentar un nuevo partido con el único objetivo de lograrlo tampoco tendría sentido teórico, pues los condicionamientos existentes le obligarían a entrar por el sistema en que están enredados los demás. Igualmente, proponer una nueva ley desde la iniciativa popular no parece poder llegar lejos; pues, aparte de la difícil recogida de firmas, la ley propuesta habría de ser debatida por los menos interesados en que salga adelante. Lo que seguramente impediría su aprobación. En Canarias mucho podríamos escribir sobre las iniciativas legislativas populares que quisieron ser y no fueron. Algún día quizás lo haremos?
Según los datos de Canarias en 2007, el Parlamento de la séptima legislatura que ya está en su curso final fue elegido por el 51,58 % del censo electoral. El censo estuvo compuesto por 1.462.755 personas, de las que votaron 921.284, pero sólo 782.162 votos sirvieron para obtener escaños, ya que de hecho hubo que descontar el voto blanco y el voto nulo. ¡Es decir, la mitad del actual Parlamento de Canarias debería haber quedado vacío!
La ciudad de Santa Cruz de Tenerife es la segunda ciudad con más porcentaje de abstención de las 51 capitales españolas. La primera es Barcelona y la decimosexta es Las Palmas de Gran Canaria.
Asimismo, el índice de abstención ha ido subiendo elección tras elección en las islas. Si se comparan, por ejemplo, los porcentajes de las elecciones legislativas estatales de 1977 en Canarias con los de las pasadas elecciones autonómicas en 2007, en la provincia de Las Palmas hubo un 22,54% de abstención en 1977 y un 36,41% en 2007. Gran Canaria tuvo un 21,76% hace 30 años y un 35,44% en 2007. La ciudad de Las Palmas sufrió un 21,71% de abstención en el 77 y subió hasta un 41,56% en 2007. En cuanto a la isla de Tenerife la abstención pasó de 34,84% a 37,30%. Finalmente, la cocapital de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, tuvo un 31,43% de abstención en 1977 atrás frente un 47,25% en 2007. ¡Y todo el mundo sigue igual, como si no pasase nada! La sensación de que todos los partidos son iguales, de que todos caen en lo mismo, de que aquí no cambia nada, no debe hacernos caer en el hastío, porque la alternativa a la democracia siempre será peor. Y esto nunca deberíamos olvidarlo. A pesar de todos los peros, no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor.
José Carlos Gil MarÃn
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0