Espacio de opinión de Canarias Ahora
¡Vótame chamo!
Mientras Braulio actuaba por los escenarios de toda América, en las islas los dirigentes de acudían al hundimiento del barco que capitaneaba Adolfo Suárez. Fue entonces cuando decidieron montar ATI, un partido que nacía con la esperanza de que llegara la hora de Tenerife, y después vinieron las AIC y por último Coalición Canaria. Al final los viejos insularistas lograron su objetivo con creces: “llegó la hora de Tenerife” rezaban las pancartas que recibían a Manuel Hermoso como presidente canario, luego le cogieron el gusto y llegó el año de Tenerife, la legislatura de Tenerife, tuvieron un paréntesis porque se les coló un presidente canarión (era de donde se escuchan las emisoras de Tenerife). Pero después corrigieron el fallo y recuperaron el timón dejando fuera del gobierno a Román Rodríguez y a sus seguidores. El año pasado los electores convirtieron a Coalición Canaria en la tercera fuerza política en número de votos, pero gracias al hombre que unos meses antes de los comicios decía en la web de su partido, del PP, que “a ATI le vendría bien pasar un tiempo en la oposición”, el mismo político que nos dijo que nos teníamos que tragar una gigantesca bandera de Gran Canaria, gracias a ese señor aquellos hijos de que luego fundaron ATI podrán terminar la primera década de este siglo controlando las principales instituciones de Canarias.
Tenerife se les ha quedado pequeña, por eso se han ido a Venezuela. El pasado 9 de marzo los canarios residentes no les dieron los votos suficientes para obtener representación en el Senado. Pero ahora resulta que los emigrantes canarios y sus hijos estuvieron a punto de darle dos escaños en a Coalición Canaria. Y se abre un debate interesante: la misma fuerza política que presentó en las Cortes Generales una propuesta legislativa para recortar derechos fundamentales a los emigrantes que vienen a las islas a buscar una vida mejor, ha sido la más beneficiada por los votos de los descendientes de los canarios que tuvieron que emigrar a Venezuela para matar el hambre. Podría ocurrir que los inmigrantes venezolanos que lleven cuatro años en Canarias cotizando a , pero que no tienen derecho a votar al Parlamento y el Senado que mantienen con sus impuestos, vean recortados sus derechos por la iniciativa de unos senadores que han podido acceder a sus escaños gracias a la suma de los votos de venezolanos que nunca han estado en Canarias pero son hijos de canarios y sí pueden votar. Mientras eso ocurre en el Senado, en el Congreso los dos diputados de Coalición Canaria hablan con el Bloque Nacionalista Galego para formar grupo político. Los estrategas de lo que queda de Coalición Canaria están tomando nota. Cambiarán el “habla canario” por el “eu tamén falo galego” y el “vótame chamo y te doy una arepa”, así se acercan más al perfil de sus electores más decisivos.
Juan GarcÃa Luján
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