A Manuel García Navarro habrá que ponerle un monumento algún día, no sabemos muy bien si en la plaza que resulte de la operación del Estadio Insular, o en la explanada contigua al de Gran Canaria. Pero su defensa numantina de la UD Las Palmas es digna de reconocimiento. Precisamente por esa defensa a ultranza en el mantenimiento del club, la tercera vía -consistente en un nuevo equipo que no sea el Universidad y que sustituya al histórico representativo-, se ha retrasado. La operación consistiría en disolver la UD y utilizar al Vecindario y/o al Castillo, los otros dos equipos grancanarios en Segunda B, a los que se sumarían los dos fundadores de Las Palmas, el Victoria y el Marino. El nuevo club recibiría el nombre de UD Gran Canaria, que curiosamente viene a ser el que pretenden para su proyecto Soria y el Universidad.