Si usted alguna vez tuvo una multa gorda por exceso de velocidad y se hizo el loco hasta que le embargaron la cuenta corriente, no se preocupe, puede llegar a director general de Tráfico. Si usted cometió una infracción urbanística y no pagó la sanción ni le demolieron el garito porque tuvo la suerte de que alguien declaró la deuda incobrable, alégrese, que puede dirigir algún día la ordenación del territorio de su comunidad. Si, como en el caso de doña Mercedes Roldós, consejera de Sanidad, le ocurre usted que acumula con de una deuda superior a los 25.000 euros, esté tranquilo, no se desvele, que se la pueden declarar incobrable y, a continuación, hacerse cargo usted de la salud de todos los canarios y pedir dinero a Madrid para arreglar lo que muchos han destrozado aquí. Un dinero que ha de salir de la misma tesorería, por cierto, de la que usted fue moroso o morosa.