El municipio talismán para González Arroyo, La Oliva, no podrá ser suyo por dieciocho votos, los que le separan de Claudina Morales, la actual alcaldesa de Coalición Canaria. La nacionalista ha mejorado sus resultados, y si nada se tuerce, el PSOE se verá obligado a apoyarla o, en su defecto, firmar su acta de defunción política en el norte de la isla, previo pago de la avioneta. En el Cabildo, Águeda Montelongo, del sector del PP antimarquesado, ya le ha dicho a Mario Cabrera que si es por ella, no pasarán. Es decir, que con sus consejeros hará que Cabrera pueda seguir siendo presidente del Cabildo. El socialista Acosta, que es tercera fuerza en la Corporación insular, de la que pretendía ser presidente a la primera, cruza los dedos para que no prospera en Pájara la consigna que resuena por barrancos, despachos, bares y aceras: “Todos contra Blas”. Serán capaces de hacer alcalde al candidato del CCN, Ramón Carmelo, antes de renovarle el poder al actual concejal socialista. Que no se quedará quieto, ojo.