Como no estaba el patio revuelto, dos tazas. Un grupo de sacerdotes canarios cuyas identidades aún no estamos en condiciones de ofrecerles (van de anónimos), se ha puesto manos a la obra con el propósito de conseguir que los dos próximos obispos sean canarios. No uno ni tres, sino los dos próximos. Han montado una web en Internet y piden firmas para reclamar, además de esa canariedad, que Canarias tenga su propia Archidiócesis (ahora depende de la de Sevilla) y que haya menos vicarios y sí un obispo auxiliar. Los promotores, que aseguran tener un documento explicativo de diecisiete folios, argumentan, entre otras cosas, que “hemos tenido 73 obispos, y solamente dos han sido de esta comunidad (¿?): Uno, para Tenerife; y otro, para Canarias (¡!). Y, al mundo, hemos dado dos obispos. ¿Acaso no son aptos los canarios para obispos? ¿Por qué han de ser españoles nuestros obispos? ¿Infravaloración? ¿En qué queda la visión del Le Canarien (1402): 'Irán al mundo entero, y no encontrarán a gente de más lindo entendimiento'? ¿Por qué calla y callan al canario?”. Más madera.