Con la alcaldesa Narváez, el Plan General de San Bartolomé de Tirajana no se movió un ápice. En la legislatura que vivimos, y aún sin asumir sus carencias, Narváez negoció convertirse en la responsable de Turismo y Urbanismo, nada menos. Dados sus antecedentes y los de su entorno (incluimos aquí a Pacuco y a otros seres queridos) es natural que haya preocupación por seguir esta gestión, de enorme trascendencia para la isla. Si hay que aplaudir, lo haremos. Pero creemos que nos quedaremos con las ganas. El viernes pasado Juan Ortiz , su chófer oficial, fue a buscarla por la mañana. Había sesión plenaria en Tunte, pero Narváez no acudió, quizá porque tendría algo más importante que hacer. Igual fue a la peluquería, que es cuestión vital. Y mientras, a falta de protagonismo en sede municipal, es la estrella principal de pintadas absolutamente rechazables en democracia, cuando hay canales de sobra para manifestarse y decir que es una gestora pésima para el interés vecinal.