Se avecinan vacas flacas para el Partido Popular en Canarias, al menos en lo que al desempeño de cargos públicos se refiere. De ahí que se haya generado ya cierta corriente de opinión interna que aboga por que los diputados y senadores electos el otro día renuncien a los otros cargos para que otros compañeritos puedan estar en el machito también. Pablo Matos y Mercedes Roldós son, que sepamos, incompatibles, es decir, han de dejar de ser diputados regionales si quieren ser diputados nacionales. Pero el alcalde de Santa Cruz de La Palma, Carlos Cabrera, y los concejales Cándido Reguera (San Bartolomé de Lanzarote), Ana Padilla (senadora y concejal en Puerto del Rosario) y Mari Carmen Castellano (concejal en Telde) son cariñosamente presionados para que abandonen algunas de sus plazas y repartan juego.