Lejos de profundizar en la cuestión, de sentarse tranquilamente a ilustrarse y luego emitir una opinión fundada, el alcalde de Cardona ha preferido largar el correspondiente zurriagazo a Antonio Morales en la creencia de que así el regidor de Agüimes se apeará de su opinión de que el gas no debe ir en Arinaga, o al menos en la forma en que se lo han querido imponer desde que José Carlos Mauricio montó el invento de Gascan para beneficiar a sus empresarios de cabecera, que han terminado por desistir y entregar el negocio a quien realmente debió iniciarlo desde el principio, Endesa y Enagas. Porque se trata, como nuestros lectores saben, de traer gas a Canarias para abastecer las dos plantas de ciclo combinado (fuel y gas) que funcionan actualmente en Gran Canaria (Juan Grande) y en Tenerife (Granadilla) solamente con fuel. El negocio que se pretendía era colocar en medio de las gaseras y de la eléctrica a esos intermediarios mauricianos de Gascan, lo que finalmente se ha frustrado por el empeño, entre otros, de Morales. Rendidos los empresarios del régimen, se trata ahora de solucionarle a Unelco el problema que tiene particularmente en Gran Canaria porque en Tenerife, con el puerto de Granadilla, donde irá la regasificadora, la cosa está encaminada. Y en Gran Canaria, disparates de Cardona aparte, existen alternativas a Arinaga, además de la descartada plataforma offshore, como es mismamente Juan Grande. Lo malo es que allí no habría grandes despliegues de toda índole y color, ni habría que ampliar muelles, como ocurriría en Arinaga, sino sencillamente una pequeña terminal que resolvería muchos problemas pero seguramente generaría otros.