Por ganas de hablar que no sea. Los regidores de la nueva UD están empeñados en charlar con todo el que puedan, más que nada para que luego no venga alguien a decirles que no tantean al personal. Lo han hecho, y lo siguen haciendo, con entrenadores, aún a sabiendas que hasta en Alaska saben que se han emperretado con el técnico del Ribadesella y hasta están dispuestos a echar un pulso al Lanzarote. Fiti tú. En ese furor conversador, hasta han llamado a Álvaro Pérez y a Pacuco Rosales, dos entrenadores canarios que por lo menos despiertan pasiones entre la afición. Álvaro, mosqueado, contestó que está en Madrid tan ricamente, que tiene una tarifa mini de Iberia y que si no es urgente casi prefiere que se esperen. Sabe que Angulo no lo tiene entre sus estampitas de la mesa de noche y que el esfuerzo inútil conduce a la melancolía. Pacuco está en El Hierro y, sin tanta meditación trascendental, les dijo que muy bien, que ya hablaremos. A ambos les encantaría entrenar a la UD, aunque fuera en tercera regional, pero el medio ambiente no es el más propicio para nadie. Ni siquiera para el de Ribadesella.