Ocurrió hace ya unos días en la zona de Cabo Llanos, por la que circulaba en su coche particular la concejala del PP en Santa Cruz de Tenerifa Ana Zurita. La doña debía estar manteniendo una inaplazable conversación a través de su WhatsApps porque ni siquiera la interrumpió cuando vio acercarse en el mismo sentido de su marcha a una patrulla de la Policía Local. Detenida en un semáforo, Zurita continuó dándole a la tecla, lo que le valió que le reconviniera uno de los agentes por el uso indebido de un teléfono móvil durante la conducción. “Estoy parada”, fue la contestación airada que articuló de inmediato la infractora, refiriéndose al hecho cierto de que el vehículo que conducía se encontraba detenido, y no a la evidencia ?luego remachada- de que su situación laboral no es esa, sino la de concejala en activo en la oposición en los tiempos que le deja libre su actividad como arquitecta, ora por cuenta propia, ora por cuenta de la propia Corporación que alguna vez le ha hecho discutibles encargos profesionales. Pero, volviendo al tajo circulatorio. Al policía local no le hicieron puñetera gracia ni el tonito ni las explicaciones ofrecidas por la concejala del PP para continuar machacando la tecla de su móvil, así que la hizo apartarse a un lado para imponerle la correspondiente denuncia por infracción al código de la circulación (o como se llame ahora, que ya no damos abasto con tantas reformas). Fue en ese sublime instante, en el de identificarse ante el agente infatigable, cuando la señora Zurita tiró del manido y muy perjudicial recurso del “usted no sabe quién soy yo”, que no debió surtir efecto maldito en el guindilla, que continuó adelante con su tarea hasta encasquetarle 200 euros que muy probablemente la infractora tardará en olvidar. Si paga rápido tiene descuento, le prevenimos. Y si no paga y pretende hacer lo de la concejala de San Bartolomé de Tirajana que hizo alguna pirueta para que se la quitaran, le avisamos que como nos enteremos lo pondremos en conocimiento del público municipal y espeso.