Podría decirse, sin posibilidad de error, que la Asociación Tenerife contra el Ruido está haciendo mucho ruido para tratar precisamente de conseguir justo lo contrario, menos escandalera. Desarrollan una frenética actividad en todos los frentes, desde el mediático hasta el judicial, sin descuidar el de las relaciones públicas y los buenos modales. De ahí que hayan decidido felicitar las Navidades y el Año Nuevo con un lacónico pero directo “Felices Fiestas y un año nuevo menos ruidoso”, para a continuación rogar al personal que “no use la bocina de su coche salvo en caso de inminente peligro (evítela en los atascos o para saludar a un amigo)”, un par de consejos que haría suyos nuestro admirado compañero Bernardo Hernández, de TVE, para su programa sobre seguridad vial. Pero volviendo a Tenerife contra el Ruido, decirles que han conseguido algunos campanazos importantes contra el Ayuntamiento de Santa Cruz, que hace exactamente lo contrario que el de Soria (provincia de Las Palmas). El primero porque, al parecer, no hace lo más mínimo por que se cumplan las normas contra la contaminación acústica. Y el segundo porque, como es menester siempre que se trata de orden público y autoridad, se pasa considerablemente.