Fue la siempre eficaz María Australia Navarro, en sus tiempos de consejera de Presidencia y Justicia del Gobierno de Canarias, la que aseguró a los operadores jurídicos y al público en general que el nuevo Palacio de Justicia de Las Palmas de Gran Canaria estaría operativo en 2007. No sólo se lo dijo a la prensa, donde este tipo de políticos está más que acostumbrado a desbarrar. Lo puso por escrito a los trabajadores, a los jueces, a los fiscales, a los abogados y a los procuradores. Luego llegó José Miguel Ruano, el actual macho de las cañadas, que desinfló la euforia de doña Australia hasta situar tan feliz natalicio en el presente año de nuestro señor 2010. Pero la cosa se ha jeringado porque las autoridades políticas que controlan la Justicia en Canarias (dios, qué peligro) aseguran que hasta 2012 no hay nada que hacer. Que, con un poco de suerte estará acabado en 2011, pero inoperativo hasta el año siguiente. En Tenerife, donde andan ya preparando el segundo palacio de justicia, tendrán que aguantar más, que ese proyecto se ha paralizado por falta de presupuesto.