Pero antes de la operación del canódromo, Improcansa, una de las empresas que más rápidamente se ha enriquecido en la ciudad en los últimos años, protagonizó otra operación ejemplar. Fue en el colegio de los Salesianos, frente al Metropole. A cambio de hacer unas pistas deportivas a los propietarios del colegio y alguna otra compensación, consiguió un comercial con oficinas y aparcamientos en una zona privilegiada de Las Palmas de Gran Canaria. Suponemos que también en este caso Soria estuvo absolutamente avalado y bendecido por los técnicos municipales.