A Santiago Pérez siempre le reconoceremos un montón de cualidades políticas, que van desde la coherencia hasta la inaccesibilidad al desaliento, pasando por el coraje para defender lo que cree, la capacidad de trabajo y una dialéctica descomunal. Luego hay cosas que despiertan menos elogios, como por ejemplo la utilización de algunas de esas capacidades para embaucar al personal hasta dejarlo exhausto ante una idea que puede parecer lógica pero que, en realidad, es extravagante a más no poder. Pretender que el secretario general del PSC, José Miguel Pérez, a quien quiere disputar la candidatura a la presidencia del Gobierno de Canarias, sea quien le busque los avales para poderse presentar a las primarias socialistas es una originalidad que sólo pudiera ser superada con la de pedirle el voto. O que se retire directamente. José Miguel Pérez es el candidato oficial del PSC a la presidencia del Gobierno porque así lo designó la Ejecutiva Regional con el posterior respaldo de todos los secretarios generales insulares. La propuesta desde la Ejecutiva es una de las maneras de acceder a primarias, mecanismo que no podrá utilizar ya Santiago Pérez. Las otras dos vías son el aval del Comité Regional, máximo órgano entre congresos, o del 15% de la militancia mediante firmas.