Pero los códigos éticos del PP también hablan de transparencia, de eficacia y de austeridad, exigencias estas que se encuentran recogidas en el documento de diciembre de 2009 que en Canarias se han pasado por el arco del triunfo Soria y sus muchachos y muchachas. Porque no ha habido transparencia alguna en los concursos de la Consejería de Turismo, desde aquel de los 182.000 euros para la revista Época, hasta los 14 millones que se fueron adjudicando a cachos hasta completar una sangría inútil para las arcas públicas. Por no hablarles de los 17 que se gastó Soria en informática. Pero la palma se lo lleva el concurso de la hemodiálisis, el mayor de su clase después del de las ambulancias (302), adjudicado a la oferta más cara y más sospechosa, la de la inmobiliaria Lifeblood. El consejero de Sanidad que sustituyó a Mercedes Roldós, Fernando Bañolas, parece tenerlo cada día más claro, y salvo extravagancias de última hora dictadas desde los Servicios Jurídicos de la Comunidad Autónoma, esta semana, probablemente el jueves, suspenda definitivamente el concurso y ordene publicar otro con unas bases que no estén manipuladas para teledirigir la adjudicación. Estaremos, como siempre, muy atentos.