Les contábamos ayer las peripecias de José Macías, del PP auténtico, para poder verse con José Manuel Soria en el Cabildo, cuya primera planta se ha convertido en un búnker desde que el actual presidente decidió levitar del modo que lo está haciendo. Pero hoy debemos ampliar el abanico de peperos de pro cabreados con los métodos sorianos, porque sabemos que Eduardo Zaplana, portavoz del Grupo Parlamentario y ex ministro, tuvo el otro día un pequeño incidente que le costó una calentura fallera. El hombre había venido para hablar de los sablazos de ZP cuando se le ocurre telefonear a Soria al directo de Presidencia, en el Cabildo. Cogió el teléfono una secretaria, que lo hace esperar y que a continuación le anuncia que le va a pasar con el presidente; Zaplana espera y el que le aparece al otro lado del canuto es el jefe de gabinete de Soria, Víctor Rodríguez Gago, que lo entretiene hablando de neocon y lo encochina aún más antes de poder hablar con el presidente. Les confirmamos que Zaplana no tiene especial cariño por el líder canario, por si lo dudaban.