El caso del departamento de Proyectos podría no ser el único contaminado dentro del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Todo hace pensar que el PP dejó demasiados cepos colocados producto de una política de mucha permisividad para con los concursos, cuyas bases se ponen ahora en entredicho en su totalidad. De ahí que desde el nuevo grupo de gobierno, y muy particularmente desde la concejal Nardy Barrios, se apueste por una depuración en profundidad que impida que funcionarios que fueron clave para las adjudicaciones en el anterior mandato no tengan ahora tantas prerrogativas. Y de tenerlas, que sea después de someter sus concursos y sus informes a las pruebas del algodón correspondientes.