Fue Jerónimo Saavedra, presidente del PSC, el primero en intervenir y en lanzar un optimista canto a la libertad antes de desear felicidad a Kiko y Agustín, a los que conoce desde hace tiempo. Más tarde, con mucha música y mucha emoción de por medio, fue el alcalde de Arucas, Ángel Víctor Torres, el que remató la invocación a la libertad, con sus respectivos artículos del Código Civil en la mano y con un sentido poema de Luis Cernuda que el alcalde leyó con el sentimiento adecuado para resultar absolutamente creíble. Agustín y Kiko, rodeados de un montón de amigos verdaderos, confirmaron su amor y su libertad con tanta frescura y con tanto convencimiento que incluso produjeron envidia. Estaban todos los que tenían que estar, y no estaban aquellos y aquellas que no tenían ni creían los novios que debían estar. Es más, a nadie se echó en falta en una fiesta tan llena de amor y libertad.