Al final cayó Mario Cáceres, el dinamizador de los dinamizadores comerciales puesto en el puesto por Suárez Gil gracias a su reconocidos encantos ante determinados dirigentes políticos. Cáceres llegó hasta allí porque la vía plateada firmó un fantástico convenio con el Cabildo para crear la figura de los dinamizadores de áreas comerciales abiertas, con los que en teoría se pretendía relanzar esas zonas. El presupuesto para esta acción, al que contribuye también la consejería de Adán Martín, era de 60 kilos de los de antes, y donde hay dinero público casi siempre hay escaramuzas privadas. Y en este caso todo consistía (o sigue consistiendo) en aprovechar los dichos dinamizadores para a) captar asociados a las asociaciones plateadas y b) llegado el momento, captar votos por correo para la vía plateada durante la campaña electoral a la Cámara de Comercio. Ezequiel Ramírez recibía denuncias sobre estos comportamientos un día sí y el otro también. Y no daba crédito. O sí lo daba pero no le daba la gana de actuar. Hasta que ha sido muy descarado y ha destituido a Mario Cáceres. Pero nos sigue faltando lo sustantivo.