Nada puede constituir mayor felicidad que no leerse los periódicos, y mucho más placer pasar ampliamente de las consignas que lanza tu propio partido. Marco Aurelio Pérez, alcalde de San Bartolomé de Tirajana y hombre feliz e incomparable donde los haya, se aplica a la cuestión con mucho afán. Ya lo hizo cuando se apoyó en un tránsfuga para auparse a la alcaldía del municipio, contraviniendo los principios fundamentales de su partido los martes y jueves. Luego lo hicieron candidato a la alcaldía y el hombre ya ha decidido que con tal bendición puede incluso mirar a Fraga por encima del hombro, a Cascos como si fuera compañero de promoción y a los medios de comunicación como si nunca los leyera. De otro modo no se puede explicar que este lunes, 13 de enero, dos meses después de que se hundiera el Prestige, el incomparable Ayuntamiento de San Bartolomé abra una oficina para que el personal se inscriba para ir de voluntario a limpar pichi a Galicia. Vamos a ver, ¿no habíamos quedado, según Fraga Iribarne, que los voluntarios estorban?; ¿no hubo ya una reunión de coordinación entre autonomías para organizar adecuadamente el asunto?; ¿no se abrió y se cerró ya el plazo para hacerse voluntario del chapapote desde Canarias?; ¿no se sobrepasaron con creces los cupos de voluntarios?; ¿pertenece a este mundo la concejalía de Solidaridad del Ayuntamiento incomparable?; ¿habrá un Leroy Merlin en el anexo 2?