Como les habíamos anunciado, este martes se celebró en un juzgado de Primera Instancia de Santa Cruz de Tenerife la vista oral en la que se debían dilucidar (admitir o inadmitir) las medidas cautelares reclamadas por el dueño de El Día, José Rodríguez Ramírez, contra el director de CANARIAS AHORA, Carlos Sosa. El ilustre e independentista editor ha pedido a la Justicia que, en lo que se entra en el fondo de una demanda civil de protección del honor que nos ha interpuesto, se nos prohiba referirnos a él con el cariñoso apelativo de “don Pepito”. Dice don Pepito que eso es ofensivo, que lo utilizamos con sarcasmo y con la intención de herir, cuestión que ni está acreditada ni lo estará nunca, porque nosotros no somos así de malos. La causa quedó vista para que el magistrado se pronuncie en los próximos días, y no sólo sobre esa estrambótica medida cautelar, que venía acompañada por un depósito de caución de 150 euros (¡manda Trillos!), sino sobre una petición que sobre la marcha formuló nuestro abogado, Luis Val, al detectar que el único testigo que depuso (y miren que le gusta hacerlo con tronío), Andrés Chaves, mintió como un bellaco. Val reclamó de su señoría que remitiera al juzgado de guardia deducción de testimonio contra el veterano periodista por falso testimonio al asegurar que no le constaba que nadie en el mundo se hubiera referido antes en la prensa isleña a don José como don Pepito. Dicho sea con perdón y con el debido respeto.