Protegido por unos responsables urbanísticos que han hecho la vista gorda demasiadas veces en Telde los últimos años, Guillermo Reyes consiguió paralizar la legalización del centro de Yrichen mediante una maniobra ajena a la legalidad. En una comisión de gobierno celebrada en agosto de 2004, solicitó a la Cotmac, donde se tramitaba esa legalización, la devolución del expediente, lo que dejaba la irregularidad urbanística en el aire. Pero resulta que ese acuerdo es ilegal porque, como dice el informe del secretario municipal, se tomó en un órgano manifiestamente incompetente. Debió acordarse en pleno, pero de haberlo hecho así, Reyes habría tenido que someterse el escándalo público al quedar al descubierto sus oscuras intenciones.