José Manuel Soria confirmó a los empresarios sus desencuentros con José Carlos Mauricio, que han alcanzado su cenit con el quiebro que el camarada ha hecho en torno al istmo. El presidente del Cabildo dejó claras ante los inversores algunas cosas que ellos ya sabían, como la conveniencia de ATI de mantener el pacto con el PP en el Parlamento, y los intentos de Mauricio por llegar a algún acuerdo satisfactorio con el PSOE. Con el muy personal estilo disuasorio que le caracteriza, Soria dejó un mensaje flotando en el ambiente: cuidado con apostar por los socialistas, que tienen rabos y cuernos y quieren suprimir las procesiones de Semana Santa, Benedicto XVI mediante. Ay, el istmo, que finalmente se ha convertido en la trampa en la que han empezado a caer los mismos que la armaron. Los apoyos conseguidos en aquella apoteósica exposición se vienen abajo con estrépito.