José Miguel Barragán es, desde el último congreso de Coalición Canaria, el hombre fuerte del partido en su calidad de secretario general, cargo creado precisamente en ese cónclave. Conoce a su organización por dentro como ninguno y sabe dónde tiene localizados en estos momentos los incendios y las debilidades. Gran Canaria tiene incendios y debilidades, pero Tenerife no es ajena a la crisis. Y allí es donde se ha hecho fuerte el sentimiento más crítico frente a Paulino Rivero. Los derrotados por los pelos en el último congreso nacional no parecen haberse resignado y ya se cuece la preparación ?aun en plan zorrocloco- de un congreso extraordinario en marzo en el que habrían de volver a exigir que Paulino se dedique en exclusiva al Gobierno para que los demás puedan, según su versión, recomponer el partido y prepararlo para volver a gobernar a partir de 2015. Con o sin Román; con o sin frente amplio. Manuel Hermoso, de momento, hace su labor de contradicción y de duda, como si ahora se nos hubiera hecho revolucionario.