La jornada de este lunes se tornó de repente en esquizofrénica en numerosos despachos y emisoras de radio establecidas en Canarias. Aunque se esperaban de un momento a otro, los faxes enviados desde la Viceconsejería de Comunicación del Gobierno de Canarias comunicando la pre-adjudicación a empresas presentadas al concurso de asignación de frecuencias de radio, repartieron alegrías y decepciones de modo irregular. Alegrías entre los que consiguieron las licencias (o parte de las licencias) a las que optaban, y decepciones, no exentas en ocasiones de indignación y cabreo, en aquellas empresas radiofónicas que vieron cómo se frustraban sus deseos. E incluso sus negocios. El Gobierno de Canarias repartía, por primera vez desde 1989, 156 frecuencias de FM con la pretensión de ordenar el espacio radioeléctrico isleño, plagado de emisoras alegales que se fueron estableciendo ante la ausencia de convocatorias y de regulación específica. El Estado sólo dio autorización para esas 156, lo que equivalía de entrada a dejar fuera a centenares de emisoras de todos los tamaños que ocupaban el espacio radioeléctrico de aquella manera. La emisora más beneficiada con este nuevo reparto, con 32 de las 35 frecuencias que solicitó, fue 7.7 Radio, del empresario Jaime Cortezo y del periodista Francisco Javier Chavanel, que tienen detrás a Informaciones Canarias, editora de Canarias7, que sorprendentemente (o no tanto) no concurrió a esta licitación. Y en el lugar de los más perjudicados podemos situar a un montón de empresas, algunas de tanto renombre e implantación radiofónica como Onda Cero, Cadena Ser, Diario de Avisos o El Día.