La administración judicial de la UD Las Palmas ha tenido efecto inmediato en la presencia de efectivos del Consejo de Administración en el palco del Estadio de Gran Canaria. Por más que algunos consejeros se empeñaran en decir que, previa reunión, decidieron motu proprio que sólo uno de ellos se sentara este domingo en la zona noble, lo cierto es que el desalojo fue decisión del juez Juan José Cobo, el que tiene en sus manos ahora al club. Agustín Ojeda, vicepresidente primero, permaneció solo solito, durante el encuentro contra el Fuerteventura, mientras sus compañeros de Consejo se repartían por las gradas del Estadio, cada cual en su asiento de abonado. Casi mejor para los expulsados del paraíso. Al menos no tuvieron que aguantar el tipo del nuevo fiasco deportivo sin hacer gesto alguno.