Los distintos sumarios de investigación sobre corrupción tramitados estos últimos tiempos en Canarias están plagados de culichihis, de chivatos, de delatores y de algún que otro traidor a su profesión y a sus compañeros. Se han abierto diligencias por revelación de secretos y hasta ha llegado a haber detenciones por ese delito tan peligroso para la buena marcha de la Justicia. A medida que avance Góndola, sin embargo, podremos volver a practicar ese saludable ejercicio de estiramiento consistente en llevarse las manos a la cabeza, levantarse de la silla en la misma postura, caminar unos pasos y volver al ordenador para restregarse los ojos y seguir leyendo. Les vamos a llamar de momento los Pepes, que lo mismo hablan por teléfono que se dejan visitar en Madrid.