Se anima el cotarro en la Autoridad Portuaria de Las Palmas, donde el periódico del régimen trata de hacer una desparasitación antes de que lleguen los nuevos rectores y les dé por levantar las alfombras y descubrir lo que todos ustedes saben y los demás se imaginan. Este domingo nos enteramos, gracias a dicho periódico, de que las cuentas de Luis Hernández de enero a agosto de 2003 fueron desastrosas, lo cual constituye todo un acontecimiento periodístico y borra de un plumazo todo lo anterior y lo posterior. Ya podemos respirar tranquilos. Lo malo es que, en un alarde de profesionalidad, se les va la mano y reconocen que al nuevo equipo directivo también los han trincado en algún renuncio y alguna que otra duplicidad en los cargos. Nos terminaremos enterando de todo, pero quizá en el Boletín Oficial del Estado, que es más fiable. O en el juzgado de guardia, llegado el caso.