Pero, ¿cuál es realmente la postura del PP ante la reprobación de José Manuel Soria? Desde luego parece claro que al afectado no le interesa lo más mínimo que se debata este asunto, y de ahí sus premonitorias palabras de la lana y el trasquilado del último pleno y su deseo de amarrarlo todo desde la altura, a través de la Mesa. Pero el gesto de Cristina Tavío de no llegar a tiempo a la reunión de ese órgano y la ambivalente postura que en esta cuestión ha evidenciado el portavoz popular, Miguel Cabrera Pérez-Qué Macho, son para que Soria se eche a temblar. Nada le apetece más a este polémico parlamentario que enfrentarse en la tribuna de oradores a Santiago Pérez, y ninguna oportunidad para el lucimiento podría superar jamás el debate de una moción de reprobación de su líder, el que le ha puesto ahí precisamente para que se ocupe de vilipendiar y ridiculizar a todos aquellos que quieren afear la intachable e inmaculada trayectoria política del todavía vicepresidente de Canarias.