Antes de ser Diputado del Común de Canarias, Manuel Alcaide fue magistrado y hasta llegó a presidir el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, y con él, la Sala de lo Civil y Penal, donde se ven las causas de los aforados de la región. Debemos entender que ya entonces era del pensamiento que manifestó este jueves al Diario de Avisos, ese pensamiento que se resume en que “con Franco vivíamos mejor”. Sus desdichadas declaraciones son una constatación evidente de que si padecemos instituciones caducas y/o trasnochadas no es porque se tarde demasiado en retirar vidrieras con el águila franquista del Palacio de Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, sino porque todavía sobreviven en muchos estamentos públicos resquicios del pasado en forma de seres humanos nombrados por las instituciones democráticas, lo cual manda trillos. A Manuel Alcaide se le pueden aconsejar muchas cosas, incluido un repaso (o primera lectura) de la Constitución Española y a la extensa jurisprudencia contencioso-administrativa sobre el modelo de administración pública del que se ha dotado España. Pero quizás el mejor consejo sea que dimita de inmediato.