La Ejecutiva Regional del PSOE decidió la semana pasada volver a la carga contra Soria en sede parlamentaria, instando al Gobierno a explicar, por la vía de la interpelación, las cosas grandiosas que le pasan a su vicepresidente. Pero la Mesa de la Cámara estaba prevenida, y nada más recibir la escueta solicitud de interpelación sobre la fulminante destitución de Víctor Jordán (PP) como viceconsejero de Pesca, se lanzó a la yugular del grupo proponente. Los representantes del PP y CC en ese órgano parlamentario vieron movimientos telúricos en esa aparentemente inocua iniciativa y se lanzaron a una decisión absolutamente antidemocrática y antiparlamentaria: aceptar la interpelación sobre la política de ceses y nombramientos del Gobierno, pero prohibiendo taxativamente que se tratara el caso Jordán. Creen, los muy inteligentes, que así van a proteger por mucho tiempo a José Manuel Soria de debatir sus excesos.