El gran público, especialmente el que reside fuera de Tenerife, conoce a Santiago Pérez por el caso de Las Teresitas. No en vano ha sido él el que ha puesto cara y voz (además de conocimientos jurídicos) a la denuncia y a las críticas más duras por este asunto que amenaza con cambiar la fisonomía política, social y mediática de la isla. Las Teresitas puede acabar con la carrera política de algunas personas, pero ya ha producido consecuencias directas y algunas dramáticas en la vida del PSOE y en la del propio Santiago Pérez. De no haber sido por Las Teresitas, quizás no habría habido cisma en la Agrupación Local socialista de Santa Cruz de Tenerife, o nuestro protagonista de hoy no habría perdido el congreso insular de 2004 por un solo voto. O no sería insultado de modo tan reiterado por los medios de comunicación más afines al núcleo duro de la trama que investiga la magistrada Bellini. Pero de no haber sido también por Las Teresitas, Pérez no sería ahora mismo uno de los tipos con más credibilidad de cuantos habitan la fauna política de Canarias.