La juez imputó finalmente delitos relacionados con la corrupción al nuevo y flamante presidente del PP de Telde, José Luis Sánchez, lo que seguramente ha terminado por chiflar del todo al presidente regional de ese partido, José Manuel Soria. No lo ha soportado más y, presa de la cólera, de la más incontrolable ira, se lanzó a las tremendas a hablar de que el PSOE cuando mata es que mata de verdad. Soria está matando a un partido honrado, democrático, necesario para la democracia, imprescindible para la alternancia política, referente para miles de canarios... Y lo mata ante su propia incapacidad para atajar algo de lo que es el principal responsable: la corrupción detectada en algunos de sus dirigentes de confianza, y Sánchez es uno de ellos. Y al verse acorralado por su corrupción, se ha lanzado a hablar de crímenes de Estado, del asesinato de Lasa y Zabala. Sólo que comete un error, la falta de memoria, olvidando que todos los españoles pueden endosar a alguno de sus correligionarios crímenes fascistas cometidos durante la dictadura de Franco. Toda la juventud española mira escandalizada para referentes del PP como Manuel Fraga Iribarne, resucitado gracias a la película que relata el fulgor y muerte del anarquista catalán Salvador Puig Antich. Y Soria metiendo la mano en cal viva.