Las cuatro mentiras hay que sumarlas a la que ya les adelantábamos el otro día, la referida a que el pobre se enteró de que había un expediente de Anfi Tauro al leer la denuncia del salmón “hace tres meses”. Claro que sí. Por eso, cuando un empresario le preguntó por el expediente, en septiembre de 2005, y por el agotamiento del cupo de camas previsto en las excepciones de la moratoria, le animó a que también presentara un proyecto. Qué cosas, Manolo. Pero ante la magistrada Varona dijo también que desconocía que con el proyecto de Anfi Tauro se agotaba ese cupo, cuestión que la prensa publicó ampliamente y que se debatió en todas las instituciones, incluido el Cabildo. Pero aún peor es haberle dicho a la juez que, siendo presidente del Cabildo, desconocía que el informe de esa institución era vinculante para poder sacar adelante estas camas de excepción a la moratoria. Campeón mundial de la mentira. O un zoquete que jamás mereció ser presidente de nada.