Como les decíamos hace unos días, las investigaciones sobre los papeles de México, con los que don Pepito se ha vuelto a dar tremendo talegazo en los juzgados, continúan lenta pero sin pausa. Se sabe que aquellos documentos falsificados fueron oportunamente filtrados en el lapso concreto que medió entre las elecciones autonómicas del 22 de mayo de 2011 y el momento en que Paulino Rivero tomó posesión como presidente del Gobierno en un pacto con el Partido Socialista. Los autores de la filtración, realizada a través del portal Kanarileaks, de donde dice don Pepito que los tomó prestados, querían utilizar esos papeles para chantajear a Rivero en dos direcciones: para que rompiera el pacto con el PSOE y pactara con el socio tradicional, el PP, y para que recompusiera el concurso de las frecuencias de radio y le diera a protomártir nivariense todas las que pedía. Los papeles, bueno es recordarlo, atribuían a Ángela Mena, a su cuñada y a una cuñada de Rivero la constitución de una empresa de dudosa reputación en México, con la que la familia del presidente, según las versiones publicadas, pretenderían delinquir de lo lindo. Pero condenado don Pepito por intromisión al honor y a la espera del segundo juicio, en el que el editorialista tendrá que responder de una demanda de Paulino Rivero, las investigaciones policiales han continuado hasta dar con los promotores del portal Kanarileaks.