Mucho más parco y menos triunfal que el de entrada, registro, confiscación de ordenadores y corte de las emisiones es el acta de la diligencia de notificación del segundo auto de la juez Zabala, el que dicta el día 14 al darse cuenta del tamaño del error en que han incurrido ella y sus incondicionales chicos de la Guardia Civil del equipo Pafite. La secretaria se presenta encabezando una comisión judicial, formada por agentes del instituto armado y un perito, para notificar a los responsables de Canal Telde el auto de la juez y proceder “al desprecinto del cable de mesa mezcladora para salida de emisiones al aire”. El acta no lleva fecha, pero sabemos que fue el mismo día 14, cuando ya el daño estaba hecho, después de llevarse por delante derechos fundamentales sin hacer la menor mención a ellos cuando se emitió el auto más salvaje que se ha dictado en Canarias contra un medio de comunicación; 48 horas después de que la Guardia Civil se llevara detenido a todo el personal de cada una de las tres emisoras clausuradas ilegalmente no se sabe en busca de qué interrogatorio que aún no ha merecido una citación de la juez.