Desconocemos el día exacto en que don Pepito y sus escribanos prepararon el editorial publicado este domingo, pero tuvo que ser en un momento muy angustioso, de gran pesadumbre y decaimiento moral. Porque a la negritud de esos habitantes de Santo Tomé y Príncipe, que don Pepito admira por ser “unos africanos subsaharianos” que han “logrado el estatus de ciudadanos libres en el mundo”, se unió este domingo un amargo y algo vomitivo lamento del dueño de El Día por no haber conseguido una frecuencia de radio en el famosísimo concurso de frecuencias. Pero con una novedad importante: don Pepito se siente sodomizado, otro desliz más en su ramillete de referencias sexuales cuando se encuentra en horas bajas. “No nos han dado nada, sino por detrás, y que nos perdone el lector la vulgaridad”, publicó en su carta pastoral de este domingo tras relatar la rabia que le provoca el resultado cosechado por otras empresas periodísticas. Y una rabieta más, cada vez profundizando más en el terreno de lo original: A Paulino Rivero lo aupó El Día. “Sin nuestro periódico jamás hubiera pasado de alcalde de El Sauzal, dicho con todos los respetos para los sauzaleros”. Pues que aguante la meada, que la que le tiene preparada el presidente es de tararí y no echar gota.