Mienten, calumnian, injurian y atentan al honor de don Pepito aquellos que sostienen que el dueño del periódico El Día es un nostálgico franquista al que se le ve el plumero de vez en cuando, especialmente cuando aprieta el calor. Lo explicaba muy bien el editor en su editorial de este viernes, cuando atacaba de manera pertinaz a José Luis Rodríguez Zapatero por los niveles de pobreza y de hambre que soporta el pueblo español. El señor Rodríguez Ramírez considera que estas penurias son inéditas, incluso más graves que las de la posguerra, porque en aquellos años cuarenta, Franco puso soluciones y evitó que la gente pasara miserias. O al menos eso sostuvo don Pepito. Lo reproducimos íntegramente para que no haya lugar a dudas: “En Canarias estamos volviendo al hambre de la posguerra. A las miserias con las que acabó el general. Un día más debemos recordar al general, aun a riesgo de que el gran denunciador nos acuse de franquistas. No lo somos. Padecimos las arbitrariedades del franquismo. Leoncio Rodríguez incluso fue obligado a cambiar el nombre de su periódico y a unirse a otro de escasa difusión en aquel momento. Franquistas, jamás; eso que nadie lo dude. Sin embargo, con Franco no ocurría esto. Con Franco, la primera preocupación del Gobierno era que no hubiera un hogar sin lumbre y sin pan”. Sí señor, con Franco se vivía mejor, y cuando uno era maricón, rojo, desafecto o pedía la independencia de Canarias, se le mandaba un cacho de pan y un viaje de lumbre.